miércoles, 14 de octubre de 2009

Un sueño por cumplir...


...Me sigue conmoviendo ver a las trabajadoras sociales del albergue de trabajo, acercarse, con una tenacidad y con una sensibilidad admirable, a personas con las que han fracasado una y otra vez en su intento de dejar sus formas de vida marginal, olvidando incluso amenazas que hayan podido recibir...siento admiración cuando veo a las colegas de las unidades móviles, en heladoras noches de invierno, conversar con las personas que pernoctan en cajeros o en los soportales...Me siento orgulloso de esa trabajadora social que se desvive por hacer entender por un grupo de subsaharianos recién llegados de Canarias, todavía la perplejidad en sus ojos, y acompañándoles en esta etapa de su largo camino hacia el sueño europeo...Me enternece, porqué no decirlo, el recuerdo de algunas colegas a las que he visto con un bebé en brazos cuando ha sido abandonado por su madre, además han tenido que hacer cargo de la desesperación de una madre a quien le acaban de retirar ese menor; o cuando han tenido que hacerse cargo de un niño que acababa de presenciar el acuchillamiento de su madre...y trato de disimular la emoción cuando alguna colega me cuenta como reciben agradecidos esas personas mayores que ya no pueden vivir solos en su casa sin ayuda y que no tienen a quien recurrir. Y aunque a algunos no les parezca muy profesional, siento envidia y admiración cuando mme cuentan lo importantes y felices que se sienten cuando alguna de estas personas le coge la mano con calidez, le despiden con un beso, o le llevan con todo cariño esa poesía que han hecho para ella o esa caja de bombones...Porque no lo hacen para agradecer una ayuda económica, ni el servicio de ayuda a domicilio o la plaza en residencia que les están tramitando, sino porque sienten que hay alguien que les escucha y que se preocupa por ellos...



Que bonito es poder ser aquella persona llamada; Trabajadora Social

No hay comentarios:

Publicar un comentario